En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
Ayestas destacó que, a pesar de una disminución en el número de homicidios de mujeres, pasando de 411 casos en 2022 a 199 en los primeros diez meses de 2024, el panorama sigue siendo preocupante.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
Ayestas destacó que, a pesar de una disminución en el número de homicidios de mujeres, pasando de 411 casos en 2022 a 199 en los primeros diez meses de 2024, el panorama sigue siendo preocupante.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
En una entrevista para el noticiero Hoy Mismo de TSi, Ayestas reveló que la tasa de homicidios contra mujeres en el país alcanzó los 8.2 por cada 100,000 habitantes en 2023, superando la cifra del año anterior de 6 por cada 100,000.
Reducción en cifras, pero un problema estructural persiste
Ayestas destacó que, a pesar de una disminución en el número de homicidios de mujeres, pasando de 411 casos en 2022 a 199 en los primeros diez meses de 2024, el panorama sigue siendo preocupante.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
Honduras continúa posicionándose como uno de los países más peligrosos para las mujeres, con una alarmante estadística de una muerte violenta cada 36 horas, según Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
En una entrevista para el noticiero Hoy Mismo de TSi, Ayestas reveló que la tasa de homicidios contra mujeres en el país alcanzó los 8.2 por cada 100,000 habitantes en 2023, superando la cifra del año anterior de 6 por cada 100,000.
Reducción en cifras, pero un problema estructural persiste
Ayestas destacó que, a pesar de una disminución en el número de homicidios de mujeres, pasando de 411 casos en 2022 a 199 en los primeros diez meses de 2024, el panorama sigue siendo preocupante.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.
La violencia física, psicológica, sexual y patrimonial son los problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Al menos 199 murieron de manera violenta en Honduras en los primeros diez meses de 2024.
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Foto: Cortesía
Honduras continúa posicionándose como uno de los países más peligrosos para las mujeres, con una alarmante estadística de una muerte violenta cada 36 horas, según Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
En una entrevista para el noticiero Hoy Mismo de TSi, Ayestas reveló que la tasa de homicidios contra mujeres en el país alcanzó los 8.2 por cada 100,000 habitantes en 2023, superando la cifra del año anterior de 6 por cada 100,000.
Reducción en cifras, pero un problema estructural persiste
Ayestas destacó que, a pesar de una disminución en el número de homicidios de mujeres, pasando de 411 casos en 2022 a 199 en los primeros diez meses de 2024, el panorama sigue siendo preocupante.
“Cuando analizamos que antes moría una mujer cada 21 horas y ahora es cada 36 horas, nos damos cuenta de que las políticas públicas deben rediseñarse profundamente para abordar los factores estructurales de esta violencia”, señaló.
Entre estos factores mencionó la violencia física, psicológica, sexual y patrimonial como problemas arraigados que continúan afectando a las mujeres hondureñas.
Ayestas enfatizó que las medidas preventivas deben incluir un cambio cultural que promueva la igualdad de género y frene el maltrato hacia las mujeres.
En ese sentido, Ayestas llamó la atención sobre el papel del Estado en garantizar que estas propuestas se conviertan en acciones concretas.
“El Congreso Nacional y la Presidenta de la República tienen en sus manos la oportunidad de ratificar una política pública viable y efectiva. Sería histórico que una presidenta mujer presentara y liderara esta iniciativa para la prevención de la violencia contra las mujeres”, expresó Ayestas.