‘No podemos nosotros ser cómplices de un reino estructurado bajo el abuso’: Simón Fu

‘No podemos nosotros ser cómplices de un reino estructurado bajo el abuso’: Simón Fu

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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El sacerdote comenzó su intervención reflexionando sobre la importancia de la oración, a la que describió como una herramienta poderosa que permite a los creyentes conectar con Dios. “La oración sencilla del pueblo de Dios es la que escucha nuestro Señor Jesús”, afirmó.

Para Fu, el acto de agradecer a Dios cada día, tanto al inicio como al final, es fundamental para mantener una actitud positiva frente a la vida.

Servicio y compasión

Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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Con una voz firme y llena de compasión, Fu instó a los presentes a no “ser cómplices de un reino estructurado bajo el abuso y un reino estructurado sin moral, que es lo que precisamente prevalece hoy”, recordando que la fe y la esperanza son esenciales para enfrentar los retos que se presentan.

El sacerdote comenzó su intervención reflexionando sobre la importancia de la oración, a la que describió como una herramienta poderosa que permite a los creyentes conectar con Dios. “La oración sencilla del pueblo de Dios es la que escucha nuestro Señor Jesús”, afirmó.

Para Fu, el acto de agradecer a Dios cada día, tanto al inicio como al final, es fundamental para mantener una actitud positiva frente a la vida.

Servicio y compasión

Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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El vicario de la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, Simón Fu, abordó durante la homilía de este domingo la crucial necesidad de solidaridad y servicio en una sociedad cada vez más marcada por el abuso y la injusticia en Honduras.

Con una voz firme y llena de compasión, Fu instó a los presentes a no “ser cómplices de un reino estructurado bajo el abuso y un reino estructurado sin moral, que es lo que precisamente prevalece hoy”, recordando que la fe y la esperanza son esenciales para enfrentar los retos que se presentan.

El sacerdote comenzó su intervención reflexionando sobre la importancia de la oración, a la que describió como una herramienta poderosa que permite a los creyentes conectar con Dios. “La oración sencilla del pueblo de Dios es la que escucha nuestro Señor Jesús”, afirmó.

Para Fu, el acto de agradecer a Dios cada día, tanto al inicio como al final, es fundamental para mantener una actitud positiva frente a la vida.

Servicio y compasión

Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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Para el vicario de la Catedral Metropolitana el acto de agradecer a Dios cada día, tanto al inicio como al final, es fundamental para mantener una actitud positiva frente a la vida.

“Jesús nos llama a ser servidores misericordiosos, alegres, dispuestos y colaboradores”, dijo Fu este domingo. – Foto: Cortesía

El vicario de la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel, Simón Fu, abordó durante la homilía de este domingo la crucial necesidad de solidaridad y servicio en una sociedad cada vez más marcada por el abuso y la injusticia en Honduras.

Con una voz firme y llena de compasión, Fu instó a los presentes a no “ser cómplices de un reino estructurado bajo el abuso y un reino estructurado sin moral, que es lo que precisamente prevalece hoy”, recordando que la fe y la esperanza son esenciales para enfrentar los retos que se presentan.

El sacerdote comenzó su intervención reflexionando sobre la importancia de la oración, a la que describió como una herramienta poderosa que permite a los creyentes conectar con Dios. “La oración sencilla del pueblo de Dios es la que escucha nuestro Señor Jesús”, afirmó.

Para Fu, el acto de agradecer a Dios cada día, tanto al inicio como al final, es fundamental para mantener una actitud positiva frente a la vida.

Servicio y compasión

Fu hizo hincapié en que el servicio a los demás no es solo un acto profesional o económico, sino que forma parte integral de la fe cristiana.

“Desde la fe, el servicio es fundamental”, dijo al destacar que cada acción de ayuda a otros está en sintonía con el mensaje de Jesús, quien se presenta como el “siervo doliente” que comprende y comparte el sufrimiento humano.

Recordando el sacrificio de Jesús, especialmente durante la Semana Santa, el sacerdote enfatizó la importancia de aceptar el sufrimiento como un acto de solidaridad con la humanidad.

“Aceptar ese sacrificio tan cruel no es simplemente pagar una deuda, sino un acto supremo de solidaridad con la familia humana”, reflexionó.

Llamado a la comunidad

El sacerdote también instó a la comunidad hondureña a reflexionar sobre sus propios roles como servidores.

“No venimos a complicarle la vida a la gente, sino a gestionar las posibilidades reales para mejorar su condición de vida”, aseguró.

Fu concluyó la homilía recordando que el verdadero liderazgo se basa en la humildad y en la disposición para ayudar a los demás.

“Jesús vino a servir, no a servirse de los demás”, afirmó, e invitó a todos, sacerdotes y laicos por igual, a seguir este ejemplo.


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