La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
La comunidad misquita ha mostrado un rechazo contundente al proyecto del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) que el gobierno pretende edificar en Mocorón. Según informes, la instalación estaría diseñada para albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
“Hoy, atendiendo la convocatoria de los Consejos Territoriales, en una marcha multitudinaria, nos pronunciamos al unísono junto a mi pueblo de mi Muskitia: ¡No queremos cárcel!”, escribió en sus redes sociales.
La comunidad misquita ha mostrado un rechazo contundente al proyecto del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) que el gobierno pretende edificar en Mocorón. Según informes, la instalación estaría diseñada para albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
La marcha fue liderada por la diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, quien, a través de sus redes sociales, compartió imágenes de la protesta y reiteró que están en contra del proyecto impulsado por la presidenta Xiomara Castro.
“Hoy, atendiendo la convocatoria de los Consejos Territoriales, en una marcha multitudinaria, nos pronunciamos al unísono junto a mi pueblo de mi Muskitia: ¡No queremos cárcel!”, escribió en sus redes sociales.
La comunidad misquita ha mostrado un rechazo contundente al proyecto del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) que el gobierno pretende edificar en Mocorón. Según informes, la instalación estaría diseñada para albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
Aproximadamente 1,000 habitantes de la región de la Mosquitia, en el Caribe de Honduras, se manifestaron enérgicamente este viernes contra la construcción de la mega cárcel de máxima seguridad en la comunidad de Mocorón, Gracias a Dios.
La marcha fue liderada por la diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, quien, a través de sus redes sociales, compartió imágenes de la protesta y reiteró que están en contra del proyecto impulsado por la presidenta Xiomara Castro.
“Hoy, atendiendo la convocatoria de los Consejos Territoriales, en una marcha multitudinaria, nos pronunciamos al unísono junto a mi pueblo de mi Muskitia: ¡No queremos cárcel!”, escribió en sus redes sociales.
La comunidad misquita ha mostrado un rechazo contundente al proyecto del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) que el gobierno pretende edificar en Mocorón. Según informes, la instalación estaría diseñada para albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.
La marcha fue liderada por la diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, quien reiteró su rechazo a la construcción de la mega cárcel.
Aproximadamente 1,000 habitantes de la región de la Mosquitia, en el Caribe de Honduras, se manifestaron enérgicamente este viernes contra la construcción de la mega cárcel de máxima seguridad en la comunidad de Mocorón, Gracias a Dios.
La marcha fue liderada por la diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, quien, a través de sus redes sociales, compartió imágenes de la protesta y reiteró que están en contra del proyecto impulsado por la presidenta Xiomara Castro.
“Hoy, atendiendo la convocatoria de los Consejos Territoriales, en una marcha multitudinaria, nos pronunciamos al unísono junto a mi pueblo de mi Muskitia: ¡No queremos cárcel!”, escribió en sus redes sociales.
La comunidad misquita ha mostrado un rechazo contundente al proyecto del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) que el gobierno pretende edificar en Mocorón. Según informes, la instalación estaría diseñada para albergar a unos 2,000 reclusos de alta peligrosidad.
Los líderes locales y los Consejos Territoriales argumentan que la construcción de esta prisión podría traer consigo problemas de seguridad y afectar negativamente el tejido social de la región.
Además, enfatizan que la decisión se tomó sin una consulta previa adecuada con las comunidades indígenas, lo que vulnera sus derechos establecidos en convenios internacionales.
Por su parte, las autoridades gubernamentales han defendido la iniciativa, asegurando que el proyecto se está socializando con la población y que la construcción del CRE en Gracias a Dios busca impulsar el desarrollo en la región.
A pesar de estas afirmaciones, la oposición local se mantiene firme.
La diputada Urtecho ha sugerido al gobierno reconsiderar la ubicación de la cárcel y propone que se construya en el Corredor Seco, lejos de las comunidades de La Mosquitia.
La situación continúa generando tensiones en la zona, y la comunidad misquita ha advertido que no permitirá la construcción de la cárcel en su territorio, manteniendo su postura de resistencia ante el proyecto gubernamental.