Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Desde 2001, Honduras perdió 171 mil hectáreas de cobertura arbórea por los incendios, lo que representa el 12 % del total de la pérdida forestal.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
El año más devastador fue 2020, cuando se contabilizaron 4,598 incendios, un récord que dejó una huella imborrable en los bosques hondureños.
Desde 2001, Honduras perdió 171 mil hectáreas de cobertura arbórea por los incendios, lo que representa el 12 % del total de la pérdida forestal.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Esa es una cifra que, aunque alarmante, se encuentra dentro de los promedios observados desde 2012.
El año más devastador fue 2020, cuando se contabilizaron 4,598 incendios, un récord que dejó una huella imborrable en los bosques hondureños.
Desde 2001, Honduras perdió 171 mil hectáreas de cobertura arbórea por los incendios, lo que representa el 12 % del total de la pérdida forestal.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Los incendios forestales son un problema persistente en Honduras, que solo entre el 1 de octubre de 2023 y el 29 de septiembre de 2024 registró 1,665 alertas de incendio, según confirma un informe de Global Foret Watch.
Esa es una cifra que, aunque alarmante, se encuentra dentro de los promedios observados desde 2012.
El año más devastador fue 2020, cuando se contabilizaron 4,598 incendios, un récord que dejó una huella imborrable en los bosques hondureños.
Desde 2001, Honduras perdió 171 mil hectáreas de cobertura arbórea por los incendios, lo que representa el 12 % del total de la pérdida forestal.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.
Honduras enfrenta una constante amenaza de incendios forestales que devoran su cobertura arbórea.
Los incendios forestales son un problema persistente en Honduras, que solo entre el 1 de octubre de 2023 y el 29 de septiembre de 2024 registró 1,665 alertas de incendio, según confirma un informe de Global Foret Watch.
Esa es una cifra que, aunque alarmante, se encuentra dentro de los promedios observados desde 2012.
El año más devastador fue 2020, cuando se contabilizaron 4,598 incendios, un récord que dejó una huella imborrable en los bosques hondureños.
Desde 2001, Honduras perdió 171 mil hectáreas de cobertura arbórea por los incendios, lo que representa el 12 % del total de la pérdida forestal.
Uno de los años más críticos fue 2016, cuando los incendios arrasaron con 41,500 hectáreas, un 22 % de toda la pérdida forestal registrada ese año.
Estas cifras no solo representan una pérdida de árboles, sino que también implican la desaparición de hábitats cruciales para la biodiversidad y un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas más afectadas
El departamento de Olancho ha sido particularmente golpeado por esta problemática. Entre 2001 y 2023, esta región experimentó la mayor tasa de pérdida de pérdida de cobertura arbórea debido a incendios, con un promedio anual de 1,890 hectáreas destruidas.
La pérdida de bosque natural tiene consecuencias graves para el medio ambiente. Solo en 2023, Honduras perdió 81,500 hectáreas de bosque, lo que resultó en la emisión de 46.4 millones de toneladas de CO₂.
Este ciclo de destrucción forestal está agravando la crisis climática en el país y dificultando los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la región de Copán, por ejemplo, no registra alertas de incendios recientes, otras áreas del país siguen bajo constante amenaza.
Entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre de 2024, se notificaron 57 nuevas alertas de incendio, de las cuales el 3.5 % fueron clasificadas como de alta confianza, lo que implica un riesgo elevado de propagación.
Un problema persistente
A pesar de que el número de alertas de incendios en los últimos años no supera el récord de 2020, el problema sigue siendo crítico.
Con la constante pérdida de bosques y la emisión de grandes cantidades de CO₂, Honduras enfrenta un desafío para proteger sus recursos naturales.
Honduras lucha contra los incendios forestales desde hace décadas, y los datos muestran que el impacto de estos desastres ha sido devastador.
Desde 2001, la nación perdió millones de hectáreas de bosque por incendios y otros factores, como la expansión agrícola y la tala ilegal.
A pesar de los esfuerzos de conservación, la tendencia de pérdida de cobertura arbórea persiste y urge una intervención para detener este ciclo destructivo.