Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
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Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
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Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
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Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Ese apenas, fue solo uno de los muchos indicios de su creciente presencia en el territorio, según investigadores.
El laboratorio no solo abastecía el mercado local, sino que también enviaba cargamentos hacia México y Estados Unidos, demostrando la sofisticación logística del cártel.
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
En agosto de 2023, un laboratorio de metanfetamina descubierto en San Pedro Sula, supuestamente operado por la MS-13 en colaboración con el CJNG.
Ese apenas, fue solo uno de los muchos indicios de su creciente presencia en el territorio, según investigadores.
El laboratorio no solo abastecía el mercado local, sino que también enviaba cargamentos hacia México y Estados Unidos, demostrando la sofisticación logística del cártel.
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
Con un alcance que, según la DEA, abarca todos los continentes excepto la Antártida, el CJNG encontró en Honduras una combinación perfecta de debilidad institucional, rutas estratégicas y redes locales para afianzar su expansión.
En agosto de 2023, un laboratorio de metanfetamina descubierto en San Pedro Sula, supuestamente operado por la MS-13 en colaboración con el CJNG.
Ese apenas, fue solo uno de los muchos indicios de su creciente presencia en el territorio, según investigadores.
El laboratorio no solo abastecía el mercado local, sino que también enviaba cargamentos hacia México y Estados Unidos, demostrando la sofisticación logística del cártel.
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
En el corazón de Centroamérica, Honduras se convierte en un punto estratégico para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más poderosas y violentas de México.
Con un alcance que, según la DEA, abarca todos los continentes excepto la Antártida, el CJNG encontró en Honduras una combinación perfecta de debilidad institucional, rutas estratégicas y redes locales para afianzar su expansión.
En agosto de 2023, un laboratorio de metanfetamina descubierto en San Pedro Sula, supuestamente operado por la MS-13 en colaboración con el CJNG.
Ese apenas, fue solo uno de los muchos indicios de su creciente presencia en el territorio, según investigadores.
El laboratorio no solo abastecía el mercado local, sino que también enviaba cargamentos hacia México y Estados Unidos, demostrando la sofisticación logística del cártel.
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel
La expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hacia Honduras evidencia una sofisticada red criminal que cruza fronteras y desafía estructuras locales. A través de alianzas, intimidaciones y control territorial, el cártel ha dejado su marca en el país, revelando una estrategia tan violenta como efectiva.
En el corazón de Centroamérica, Honduras se convierte en un punto estratégico para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más poderosas y violentas de México.
Con un alcance que, según la DEA, abarca todos los continentes excepto la Antártida, el CJNG encontró en Honduras una combinación perfecta de debilidad institucional, rutas estratégicas y redes locales para afianzar su expansión.
En agosto de 2023, un laboratorio de metanfetamina descubierto en San Pedro Sula, supuestamente operado por la MS-13 en colaboración con el CJNG.
Ese apenas, fue solo uno de los muchos indicios de su creciente presencia en el territorio, según investigadores.
El laboratorio no solo abastecía el mercado local, sino que también enviaba cargamentos hacia México y Estados Unidos, demostrando la sofisticación logística del cártel.
El 26 de enero de 2022, una narcoavioneta aterrizó en San Esteban, Olancho, cargada con drogas provenientes de Sudamérica.
Sin embargo, el cargamento fue tomado por un grupo rival antes de que el CJNG pudiera asegurar su control.
Este hecho desencadenó una serie de videos en redes sociales, en los que hombres armados con acento mexicano exigieron la devolución de la droga.
“Este mensaje es para Ricardo Manuel Rodríguez López; ya estamos en Honduras para que nos entregues las cosas que nos quitaste de la avioneta”, declaró uno de los líderes del grupo en un video intimidante.
Amenazas de represalias, audios comprometedores y menciones a conexiones con figuras locales como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández, evidenciaron cómo el CJNG habría infiltrado redes de poder y corrupción en el país.
El CJNG evoluciona más allá del tráfico de cocaína, integrando el comercio de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
Según el informe, los precursores que utilizan son adquiridos en Asia y otros mercados internacionales.
Su capacidad para formar alianzas con pandillas locales como la MS-13 y redes transnacionales en Guatemala y Colombia les permite operar con una eficacia impresionante.
Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el CJNG también se ha involucrado en actividades como la minería ilegal y el tráfico de personas, diversificando sus fuentes de ingresos y fortaleciendo su capacidad militar.
Estos recursos les han permitido consolidar el control territorial en Honduras, especialmente en zonas clave como el corredor de Baracoa, Barra del Ulúa y Puerto Cortés.
Los recientes informes del CJNG advierten sobre la creciente incapacidad de los Estados centroamericanos para contener su avance.
En Honduras, su rivalidad con otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa ha desatado episodios de violencia que incluyen ejecuciones selectivas y amenazas directas a figuras locales.
El primer video de advertencia del CJNG fue seguido rápidamente por un segundo, donde un grupo armado exigía una disculpa pública a un hombre identificado como “Pepe”, de El Paraíso, Copán.
“Con la gente de ‘don Mencho’ nadie se mete. Esta es la última advertencia”, sentenció el líder del grupo, reafirmando su presencia en el país y su disposición para usar la violencia como herramienta de control.
Honduras no está sola en esta lucha. Países como Ecuador y Venezuela han experimentado dinámicas similares.
La entrada de cárteles mexicanos ha elevado los niveles de violencia y fortalecido las redes de crimen organizado.
Sin embargo, la falta de una estrategia integral, combinada con sistemas judiciales débiles y la corrupción institucional, deja al país vulnerable.
La DEA ofrece 10 millones de dólares por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
Nemesio, es el líder del CJNG, pero su red sigue expandiéndose más rápido de lo que las autoridades pueden responder.
La diversificación de su economía ilícita y su capacidad para adaptarse a nuevos mercados los posiciona como una amenaza latente en Honduras y más allá.
Mientras el CJNG consolida su presencia en Honduras, la población vive en una constante incertidumbre, atrapada entre la violencia de los cárteles y la falta de protección estatal.
La pregunta ya no es si el CJNG dominará el panorama criminal de Honduras, sino cómo y cuándo el país logrará resistir a esta ola de expansión.
Es una expansión que amenaza con redefinir el crimen organizado en toda Centroamérica. Honduras está en la mira, y con ella, su futuro.
Lea: El CJNG estaría importando sicarios centroamericanos para reforzar el cártel