Fallece el expresidente de EE.UU., Jimmy Carter, a los 100 años

Fallece el expresidente de EE.UU., Jimmy Carter, a los 100 años

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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En 1974, anunció su candidatura a la Presidencia de EEUU. Se enfrentó en las elecciones al entonces presidente republicano Gerald Ford, a quien venció en las urnas en 1976.

Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Nacido el 1 de octubre de 1924 en Georgia, hijo de una enfermera y un granjero y empresario, sirvió como oficial de la Marina y posteriormente entró en la política estatal en 1962. Ocho años después, fue elegido gobernador del estado.

En 1974, anunció su candidatura a la Presidencia de EEUU. Se enfrentó en las elecciones al entonces presidente republicano Gerald Ford, a quien venció en las urnas en 1976.

Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Carter fue el presidente número 39 de Estados Unidos, cargo que ostentó entre 1977 y 1981. En el año 2002, fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz.

Nacido el 1 de octubre de 1924 en Georgia, hijo de una enfermera y un granjero y empresario, sirvió como oficial de la Marina y posteriormente entró en la política estatal en 1962. Ocho años después, fue elegido gobernador del estado.

En 1974, anunció su candidatura a la Presidencia de EEUU. Se enfrentó en las elecciones al entonces presidente republicano Gerald Ford, a quien venció en las urnas en 1976.

Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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El expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter falleció este domingo a los 100 años de edad en su hogar en Plains, Georgia, tras más de un año en cuidados paliativos, según informaron medios estadounidense.

Carter fue el presidente número 39 de Estados Unidos, cargo que ostentó entre 1977 y 1981. En el año 2002, fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz.

Nacido el 1 de octubre de 1924 en Georgia, hijo de una enfermera y un granjero y empresario, sirvió como oficial de la Marina y posteriormente entró en la política estatal en 1962. Ocho años después, fue elegido gobernador del estado.

En 1974, anunció su candidatura a la Presidencia de EEUU. Se enfrentó en las elecciones al entonces presidente republicano Gerald Ford, a quien venció en las urnas en 1976.

Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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Fallece el expresidente de EE.UU., Jimmy Carter, a los 100 años

El exmandatario Jimmy Carter había decidido a mediados de febrero de 2023 recibir cuidados paliativos en su propia casa debido a su avanzada edad y delicado estado de salud.

El expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter falleció este domingo a los 100 años de edad en su hogar en Plains, Georgia, tras más de un año en cuidados paliativos, según informaron medios estadounidense.

Carter fue el presidente número 39 de Estados Unidos, cargo que ostentó entre 1977 y 1981. En el año 2002, fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz.

Nacido el 1 de octubre de 1924 en Georgia, hijo de una enfermera y un granjero y empresario, sirvió como oficial de la Marina y posteriormente entró en la política estatal en 1962. Ocho años después, fue elegido gobernador del estado.

En 1974, anunció su candidatura a la Presidencia de EEUU. Se enfrentó en las elecciones al entonces presidente republicano Gerald Ford, a quien venció en las urnas en 1976.

Su mandato, no obstante, estaría marcado por los retos económicos, sobre todo la elevada inflación, aunque logró varios hitos en política exterior. No logró renovar su mandato en los comicios en los que venció Ronald Reagan.

Junto a su esposa, Rosalynn Smith Carter, con quien se casó en 1946 y quien falleció el año pasado, fundó la ONG The Carter Center y tuvo cuatro hijos.

Su defensa de los derechos humanos le valdría el Nobel de la Paz en 2002, cuando el comité noruego reconoció sus “décadas de esfuerzo incansable para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos y promover el desarrollo económico y social”.

Jimmy Carter, de la humillación electoral a las causas humanitarias

Tras haber sido humillado en las urnas por Ronald Reagan cuando se postuló a la reelección en 1980, Carter dedicó el resto de su vida a causas humanitarias y viajó por el mundo promoviendo los derechos humanos. 

Defendió gobiernos electos de manera limpia e independiente a través de la observación internacional y combatió el hambre y la enfermedad desde sus dos plataformas predilectas: el Centro Carter y el Instituto Rosalynn Carter.

Durante muchos años la pareja también se destacó por su voluntariado en “Habitat para la Humanidad”, construyendo viviendas asequibles para familias necesitadas o de bajos recursos por todo Estados Unidos.

Carter fue un hombre profundamente religioso. Trabajó como diácono en una iglesia y maestro de una escuela dominical hasta casi el final de su vida. El trigésimo noveno presidente de EE. UU. también fue un escritor prolífico que dio vida a 30 libros, incluida una de sus obras más consultadas, especialmente en estos últimos tiempos de barbarie en Medio Oriente; “Nuestros valores en peligro de extinción: la crisis moral de Estados Unidos y Palestina: la paz no es el apartheid'”

En el libro “Una hora antes del amanecer: recuerdos de una infancia rural” recreó su niñez en la era de la Gran Depresión en áreas rurales de Georgia, antes del surgimiento del movimiento por los derechos civiles.

En esas páginas reflejó a su padre como un granjero segregador muy estricto que, sin embargo, “trataba a los trabajadores negros con respeto y de forma justa”. También escribió en ellas sobre tres hombres negros que influyeron en él durante su juventud.

La visión de Carter, quien quiso poner en práctica la defensa de los derechos humanos a nivel mundial y hacerla parte de la filosofía del Partido Demócrata, fue impactada considerablemente por su madre; Lilian Gordy Carter, una enfermera que desafió las estrictas líneas de la segregación racial en la Georgia de la década de 1920 al asesorar a mujeres negras y pobres sobre la atención médica.

Su hermano se había unido a la Armada de Estados Unidos y la curiosidad del joven Jimmy sobre los asuntos internacionales se despertó por las postales que le envió desde todo el mundo.

Después de graduarse como el mejor alumno de su escuela secundaria, asistió a la Academia Naval en Annapolis, Maryland, y se graduó en 1946, un año después de terminar la Segunda Guerra Mundial.

Su carrera como oficial a bordo de submarinos quedó interrumpida luego de que su padre murió de cáncer y tuvo que abandonar la Armada para hacerse cargo de la granja familiar.


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