Doris Gutiérrez recuerda las raíces de su lucha por la igualdad

Doris Gutiérrez recuerda las raíces de su lucha por la igualdad

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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Rompiendo barreras en un sistema político desigual

El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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Rompiendo barreras en un sistema político desigual

El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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Criada en una casa sin muebles ni lujos, donde una cama de cabuya era el único descanso, Doris creció viendo a su madre tejer vinchas y gorros de crochet para ganar un lempira por pieza.

Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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“Ellas me enseñaron que la pobreza no define el destino, que la dignidad y el esfuerzo son las verdaderas riquezas”, recuerda con emoción.

Criada en una casa sin muebles ni lujos, donde una cama de cabuya era el único descanso, Doris creció viendo a su madre tejer vinchas y gorros de crochet para ganar un lempira por pieza.

Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En un rincón humilde de Tegucigalpa, entre carencias y sacrificios, encontró su primer motor de inspiración: su madre y su abuela.

“Ellas me enseñaron que la pobreza no define el destino, que la dignidad y el esfuerzo son las verdaderas riquezas”, recuerda con emoción.

Criada en una casa sin muebles ni lujos, donde una cama de cabuya era el único descanso, Doris creció viendo a su madre tejer vinchas y gorros de crochet para ganar un lempira por pieza.

Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez, designada presidencial, evoca las lecciones que marcaron su vida.

En un rincón humilde de Tegucigalpa, entre carencias y sacrificios, encontró su primer motor de inspiración: su madre y su abuela.

“Ellas me enseñaron que la pobreza no define el destino, que la dignidad y el esfuerzo son las verdaderas riquezas”, recuerda con emoción.

Criada en una casa sin muebles ni lujos, donde una cama de cabuya era el único descanso, Doris creció viendo a su madre tejer vinchas y gorros de crochet para ganar un lempira por pieza.

Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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La designada presidencial Doris Gutiérrez comparte su inspiradora historia de vida. Desde su infancia marcada por la pobreza extrema hasta su lucha por las mujeres del país.

Doris Gutiérrez, designada presidencial de Honduras, reflexiona sobre las luchas, avances y desafíos de las mujeres hondureñas en el marco del Día de la Mujer Hondureña. Foto: tunota.com

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez, designada presidencial, evoca las lecciones que marcaron su vida.

En un rincón humilde de Tegucigalpa, entre carencias y sacrificios, encontró su primer motor de inspiración: su madre y su abuela.

“Ellas me enseñaron que la pobreza no define el destino, que la dignidad y el esfuerzo son las verdaderas riquezas”, recuerda con emoción.

Criada en una casa sin muebles ni lujos, donde una cama de cabuya era el único descanso, Doris creció viendo a su madre tejer vinchas y gorros de crochet para ganar un lempira por pieza.

Ese pequeño ingreso apenas alcanzaba para alimentar a la familia. “Con 50 centavos, hacíamos una sopa con pocas verduras y hueso”, relata.

Sin embargo, su madre siempre inculcó una ética inquebrantable: estudiar era la única forma de cambiar su destino.

Con ese espíritu, Doris consiguió tres títulos universitarios, enfrentando la pobreza con valentía.

“Sabía lo que era no tener nada, pero también aprendí a no rendirme. Esa experiencia marcó mi compromiso con las mujeres hondureñas”, afirma.

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Rompiendo barreras en un sistema político desigual

El Día de la Mujer Hondureña le recuerda a Doris Gutiérrez los avances conquistados con esfuerzo. Desde 2002, cuando impulsó la Ley de Igualdad de Oportunidades, hasta la reciente lucha por la paridad y alternancia en las elecciones.

Doris ha sido un pilar para los derechos de las mujeres en Honduras. “Nos enfrentamos a un Congreso machista y misógino, pero nos organizamos y tomamos las calles. Esa presión histórica nos permitió avances significativos”, explica.

A pesar de los logros, la violencia política hacia las mujeres sigue siendo un obstáculo.

La designada presidencial recuerda cómo la discriminaron por su edad, le negaron la palabra y se burlaron de ella en el Congreso.

“Tuve que usar pitos y amarrarme la boca en señal de protesta para que me escucharan”, comparte.

Hoy, su lucha continúa con la Ley contra la Violencia Política hacia las Mujeres, un proyecto que busca proteger a todas aquellas que se enfrentan a este tipo de agresiones.

Avances históricos

En el marco del Día de la Mujer Hondureña, Doris destaca los avances que han transformado la vida de muchas mujeres.

Entre ellos, resalta la creación de la Secretaría de la Mujer, un hito liderado que eleva las necesidades femeninas al rango de políticas de Estado.

Además, iniciativas como la Ley de Casa Refugio y la línea de emergencia 114 representan un respiro para miles de mujeres que enfrentan violencia, asegura.

En zonas rurales, programas de capital semilla permiten la entrega de gallinas en Intibucá y Choluteca.

“Son pequeñas inversiones que pueden cambiar vidas”, asegura Doris, quien ve en estas acciones un camino hacia la independencia económica femenina.

“Mi lucha es por todas aquellas que, como yo, merecen oportunidades para transformar sus vidas”, afirma Doris Gutiérrez.

Los retos que aún persisten

Aunque el Día de la Mujer Hondureña celebra los logros de las mujeres en el país, Doris también reconoce los desafíos que aún quedan por superar.

“Seguimos viviendo en una sociedad machista y patriarcal. Cambiar esos patrones no es fácil, pero es urgente”, señala.

La violencia dentro de los hogares, alimentada por celos y conductas obsesivas, es una tragedia que Doris enfrenta con campañas educativas.

“Es desgarrador ver cómo el control y la posesión terminan en feminicidios por cuestiones tan triviales como un mensaje de texto”, lamenta.

Otro desafío grave es el control que maras y el crimen organizado ejercen sobre niñas y jóvenes en ciertos territorios.

“Muchas familias huyen para proteger a sus hijas de ser obligadas a convivir con estos hombres. Es una crisis que no podemos ignorar”, advierte.

Un legado de lucha y esperanza

En este Día de la Mujer Hondureña, Doris Gutiérrez deja un mensaje claro: el cambio comienza con pequeños pasos, pero requiere la unión y valentía de todas.

“Mi madre y mi abuela me enseñaron que no hay barrera imposible de superar. Por ellas y por todas las mujeres de este país, seguiré luchando para que nuestra voz sea escuchada”, concluye.

Con sus palabras y acciones, Doris se convierte en un faro de esperanza para miles de hondureñas, recordándonos que la pobreza, el machismo y la desigualdad no pueden definir nuestro futuro.



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