Con ley Laken Riley, robos y hurtos serán suficiente motivo para deportar a migrantes en EE. UU.

Con ley Laken Riley, robos y hurtos serán suficiente motivo para deportar a migrantes en EE. UU.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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La ley, impulsada por el Partido Republicano, surge tras el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado arrestado anteriormente por robo.

Este caso es utilizado como ejemplo por los promotores de la legislación para justificar la necesidad de endurecer las leyes migratorias.

El endurecimiento migratorio

Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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El abogado y analista internacional José Tercero Midence explica a tunota.com que esta medida, que podría entrar en vigor el 20 de enero de 2025, representa un cambio radical en la política migratoria estadounidense.

La ley, impulsada por el Partido Republicano, surge tras el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado arrestado anteriormente por robo.

Este caso es utilizado como ejemplo por los promotores de la legislación para justificar la necesidad de endurecer las leyes migratorias.

El endurecimiento migratorio

Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Esta iniciativa, que ha generado un fuerte debate en el Congreso, amplía el alcance de los delitos que pueden conducir a una deportación automática, incluso cuando no se trata de crímenes violentos.

El abogado y analista internacional José Tercero Midence explica a tunota.com que esta medida, que podría entrar en vigor el 20 de enero de 2025, representa un cambio radical en la política migratoria estadounidense.

La ley, impulsada por el Partido Republicano, surge tras el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado arrestado anteriormente por robo.

Este caso es utilizado como ejemplo por los promotores de la legislación para justificar la necesidad de endurecer las leyes migratorias.

El endurecimiento migratorio

Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Robos y hurtos serán motivos suficientes para que un inmigrante indocumentado sea deportado de Estados Unidos con la ley Laken Riley.

Esta iniciativa, que ha generado un fuerte debate en el Congreso, amplía el alcance de los delitos que pueden conducir a una deportación automática, incluso cuando no se trata de crímenes violentos.

El abogado y analista internacional José Tercero Midence explica a tunota.com que esta medida, que podría entrar en vigor el 20 de enero de 2025, representa un cambio radical en la política migratoria estadounidense.

La ley, impulsada por el Partido Republicano, surge tras el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado arrestado anteriormente por robo.

Este caso es utilizado como ejemplo por los promotores de la legislación para justificar la necesidad de endurecer las leyes migratorias.

El endurecimiento migratorio

Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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Con ley Laken Riley, robos y hurtos serán suficiente motivo para deportar a migrantes en EE. UU.

La ley antiinmigrante Laken Riley permitirá la detención de inmigrantes indocumentados por delitos no violentos, allanando el camino para deportaciones masivas.

Agentes de ICE escoltan a inmigrantes indocumentados en un aeropuerto, reflejando el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos. Foto creada con IA.

Robos y hurtos serán motivos suficientes para que un inmigrante indocumentado sea deportado de Estados Unidos con la ley Laken Riley.

Esta iniciativa, que ha generado un fuerte debate en el Congreso, amplía el alcance de los delitos que pueden conducir a una deportación automática, incluso cuando no se trata de crímenes violentos.

El abogado y analista internacional José Tercero Midence explica a tunota.com que esta medida, que podría entrar en vigor el 20 de enero de 2025, representa un cambio radical en la política migratoria estadounidense.

La ley, impulsada por el Partido Republicano, surge tras el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado arrestado anteriormente por robo.

Este caso es utilizado como ejemplo por los promotores de la legislación para justificar la necesidad de endurecer las leyes migratorias.

El endurecimiento migratorio

Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump insiste en la necesidad de fortalecer las leyes migratorias, y la ley Laken Riley refleja su discurso.

Aunque aún no es presidente, esta legislación se alinea con las promesas de su campaña para detener y deportar a inmigrantes indocumentados, incluso por delitos no violentos como el robo o el hurto.

“El Congreso tiene la facultad de modificar y endurecer las leyes migratorias según el Artículo 1 de la Constitución“, explica Midence.

“Si esta ley se aprueba en el Senado, las autoridades podrán detener y deportar a cualquier inmigrante indocumentado acusado de delitos menores, lo que expone a miles de personas a la deportación inmediata”, señala.

Más allá de los delitos violentos

La ley Laken Riley busca ampliar la lista de delitos que pueden llevar a la deportación automática de inmigrantes indocumentados.

A diferencia de legislaciones anteriores que priorizaban delitos graves, esta nueva medida incluye crímenes menores como los robos, el hurto en tiendas, lo que supone un cambio significativo en la política migratoria estadounidense.

“Hasta ahora, la ley se centraba en delitos de violencia extrema”, indica Midence. “Con esta reforma, incluso los delitos no violentos podrán desencadenar deportaciones. El presidente tiene la facultad de implementar estas medidas bajo las reglas 327 y 1227, lo que le permite definir las prioridades en materia de seguridad nacional”.

Asilos y visas

Otro de los cambios más significativos es la modificación en el proceso de solicitud de asilo. Según Midence, los oficiales de migración tendrán mayor discrecionalidad para decidir si un solicitante cumple con los requisitos.

“El criterio de miedo creíble se revisará caso por caso, y si el oficial de migración determina que el solicitante no lo amerita, podrá rechazar el asilo”, explica el abogado.

A criterio de analistas en temas migratorios, “esto significa que las decisiones serán más arbitrarias y difíciles de apelar”.

En el caso de las visas, se aplicará un escrutinio más riguroso a los nacionales de países con conductas adversas a la democracia estadounidense.

Las solicitudes de parole también se evaluarán más estrictamente, limitando las posibilidades de libertad condicional para inmigrantes detenidos.

El papel del Congreso

El Congreso también jugará un papel clave en el financiamiento de estas deportaciones masivas.

Mike Johnson, de la Cámara de Representantes el 3 de enero de 2025, anunció que estaba listo para aprobar el presupuesto para ejecutar estas medidas.

“El Congreso autorizará cualquier presupuesto que el presidente solicite para manejar el tema de deportaciones”, señaló Johnson.

Además, se está discutiendo la posibilidad de gravar las remesas enviadas a países que no colaboren con las políticas migratorias de EE. UU.

Si se aprueba la imposición de impuestos y restricciones a las remesas, Estados Unidos podrá gravar el dinero enviado a países como Honduras.

Además, se podrá exigir que quienes envíen remesas demuestren su estatus migratorio. Aquellos que no puedan comprobarlo podrán ver bloqueado el envío de dinero.

Esta medida refleja la postura de Estados Unidos de fomentar la colaboración migratoria y de imponer sanciones a los países que no cooperen.



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