El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
Enfatizó que el proceso electoral que se avecina no debe ser visto como una responsabilidad exclusiva de los políticos, sino como un ejercicio democrático en el que cada ciudadano tiene un papel esencial.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
El cardenal recordó que este 2025 se proclama como un año santo y jubilar, llamando a los hondureños a caminar en esperanza.
Enfatizó que el proceso electoral que se avecina no debe ser visto como una responsabilidad exclusiva de los políticos, sino como un ejercicio democrático en el que cada ciudadano tiene un papel esencial.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
El cardenal recordó que este 2025 se proclama como un año santo y jubilar, llamando a los hondureños a caminar en esperanza.
Enfatizó que el proceso electoral que se avecina no debe ser visto como una responsabilidad exclusiva de los políticos, sino como un ejercicio democrático en el que cada ciudadano tiene un papel esencial.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
En la homilía de este domingo, desde la Basílica de Suyapa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez lanzó un llamado a la ciudadanía hondureña a no perder la esperanza y a fortalecer su fe, especialmente en este 2025, un año definido como político por las elecciones primarias y generales que tendrán lugar en el país.
Sin embargo, instó a no dejar el futuro de Honduras únicamente en manos de los políticos, destacando que la participación activa de todos los ciudadanos es fundamental para consolidar la democracia y construir un país mejor.
“Este es un año santo, un año jubilar”
El cardenal recordó que este 2025 se proclama como un año santo y jubilar, llamando a los hondureños a caminar en esperanza.
Enfatizó que el proceso electoral que se avecina no debe ser visto como una responsabilidad exclusiva de los políticos, sino como un ejercicio democrático en el que cada ciudadano tiene un papel esencial.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.
“Que este año político no sea solo de gasto en propaganda, sino de propuestas para construir un país mejor”, señaló el cardenal Rodríguez.
En la homilía de este domingo, desde la Basílica de Suyapa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez lanzó un llamado a la ciudadanía hondureña a no perder la esperanza y a fortalecer su fe, especialmente en este 2025, un año definido como político por las elecciones primarias y generales que tendrán lugar en el país.
Sin embargo, instó a no dejar el futuro de Honduras únicamente en manos de los políticos, destacando que la participación activa de todos los ciudadanos es fundamental para consolidar la democracia y construir un país mejor.
“Este es un año santo, un año jubilar”
El cardenal recordó que este 2025 se proclama como un año santo y jubilar, llamando a los hondureños a caminar en esperanza.
Enfatizó que el proceso electoral que se avecina no debe ser visto como una responsabilidad exclusiva de los políticos, sino como un ejercicio democrático en el que cada ciudadano tiene un papel esencial.
“Lo que no se admite es la indiferencia. Decir ‘esto está en manos de corruptos’ no es excusa, porque el que no participa se asocia con los que corrompen”, expresó.
Durante la homilía, Rodríguez utilizó las palabras del Evangelio en las que Jesús proclama la ‘buena noticia’, haciendo énfasis en el mensaje de liberación y esperanza que sigue vigente para Honduras.
Citó el pasaje de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos libertad y a los ciegos nueva visión, para liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor”.
Reflexión sobre los problemas sociales y el rol de la fe
El cardenal lamentó la pobreza, la soledad y la exclusión que afectan a millones de hondureños. Subrayó que la verdadera pobreza no solo es material, sino también emocional y espiritual.
En ese sentido, destacó el sufrimiento de los migrantes que son deportados desde Estados Unidos, señalando la angustia que acompaña las remesas enviadas a Honduras, “marcadas por el dolor y el sacrificio”.
Asimismo, criticó las prácticas políticas tradicionales, como el uso de propaganda sin contenido sustancial y las concentraciones donde se ofrecen beneficios materiales a cambio de apoyo.
“No se vale la indiferencia, y menos participar por algo tan trivial como 500 pesos. La conciencia no se puede comprar”, advirtió.
Rodríguez recordó a los feligreses la importancia de leer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios. Señaló que muchas veces se participa pasivamente en las celebraciones religiosas sin reflexionar sobre el mensaje divino ni llevarlo a la acción.
“Jesús nos invita a construir el bien común. No podemos limitarnos a escuchar la Palabra, sino que debemos vivirla y aplicarla en nuestra vida cotidiana”, afirmó.
En esta homilía, también hizo un llamado a reconocer el verdadero rostro de Dios, un rostro que se manifiesta en el amor, la compasión y la misericordia.
“Dios no amenaza ni castiga; es puro amor. Jesús vino a liberarnos del miedo y a mostrarnos que solo en Él encontramos la verdadera libertad y el amor que sacia nuestro corazón”.
Un mensaje de esperanza en tiempos de elecciones
En el contexto de las elecciones de este año, Rodríguez instó a los hondureños a participar activamente y a tomar decisiones conscientes al momento de elegir a sus futuros gobernantes. Recordó que cada ciudadano tiene la responsabilidad de construir un país más justo, solidario y en paz.
El cardenal finalizó su homilía con un mensaje de aliento, llamando a los feligreses a abrir sus corazones a la ‘buena noticia’ proclamada por Jesús y a vivir con esperanza y alegría, confiando en que, con fe y unidad, Honduras puede superar los desafíos que enfrenta.
“Que este año político no sea solo un año de gasto en propaganda, sino un año de propuestas para construir un país mejor. Jesús nos invita a no ser indiferentes y a participar desde nuestras convicciones y responsabilidades ciudadanas. Solo así podremos construir una Honduras más digna para todos”.