Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
“Dios, sin nuestro amor, estará más triste, pero sigue siendo Dios; en cambio, al prójimo, si no lo amo, le faltará amor y a mí el amor de él”, agregó.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
El líder religioso recordó que los mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo resumen toda la ley.
“Dios, sin nuestro amor, estará más triste, pero sigue siendo Dios; en cambio, al prójimo, si no lo amo, le faltará amor y a mí el amor de él”, agregó.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
“El corazón de este mundo sin Dios, como no se atreve a decir que no ama por orgullo, lo que hace es no reconocer al otro como digno de ser amado y dice: ‘ese no, es nuestro enemigo’. Esto lo vemos a diario en una sociedad cada vez más polarizada“, expresó el arzobispo en la homilía dominical en la catedral San Miguel Arcángel.
El líder religioso recordó que los mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo resumen toda la ley.
“Dios, sin nuestro amor, estará más triste, pero sigue siendo Dios; en cambio, al prójimo, si no lo amo, le faltará amor y a mí el amor de él”, agregó.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
La Iglesia Católica de Honduras, a través del arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher Tatay, rechazó este domingo la polarización en la sociedad y exhortó a escuchar y amar a Dios y al prójimo, tal como lo establecen los mandamientos para alcanzar la unidad y la salvación.
“El corazón de este mundo sin Dios, como no se atreve a decir que no ama por orgullo, lo que hace es no reconocer al otro como digno de ser amado y dice: ‘ese no, es nuestro enemigo’. Esto lo vemos a diario en una sociedad cada vez más polarizada“, expresó el arzobispo en la homilía dominical en la catedral San Miguel Arcángel.
El líder religioso recordó que los mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo resumen toda la ley.
“Dios, sin nuestro amor, estará más triste, pero sigue siendo Dios; en cambio, al prójimo, si no lo amo, le faltará amor y a mí el amor de él”, agregó.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.
En la homilía dominical en la catedral San Miguel Arcángel, el obispo Vicente Nácher se refirió a una sociedad cada vez más polarizada.
La Iglesia Católica de Honduras, a través del arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher Tatay, rechazó este domingo la polarización en la sociedad y exhortó a escuchar y amar a Dios y al prójimo, tal como lo establecen los mandamientos para alcanzar la unidad y la salvación.
“El corazón de este mundo sin Dios, como no se atreve a decir que no ama por orgullo, lo que hace es no reconocer al otro como digno de ser amado y dice: ‘ese no, es nuestro enemigo’. Esto lo vemos a diario en una sociedad cada vez más polarizada“, expresó el arzobispo en la homilía dominical en la catedral San Miguel Arcángel.
El líder religioso recordó que los mandamientos de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo resumen toda la ley.
“Dios, sin nuestro amor, estará más triste, pero sigue siendo Dios; en cambio, al prójimo, si no lo amo, le faltará amor y a mí el amor de él”, agregó.
Nácher también resaltó que “amándonos entre nosotros mismos conocemos el amor de Dios, porque una humanidad que no conoce a Dios es una humanidad dividida, dispersa, perdida, sujeta a la ley del egoísmo”.
Asimismo, señaló que la salvación se encuentra en la unidad entre nosotros y Dios. “Nadie puede avanzar en el camino de la fe sin amar con el amor de Jesucristo, quien da la vida por sus amigos. Amar al prójimo significa que nos convertimos en prójimos amándonos y mostrando dicho amor”.
Enfatizó que “no amar es no reconocer lo que nos une: la fraternidad. No amar es negar al otro para afirmarme a mí mismo, sin darme cuenta de que si no amo al hermano es porque, en el fondo, no conozco el amor de Jesucristo”.
Al finalizar su homilía, José Vicente Nácher Tatay señaló que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su prójimo, ya que ambos son pasos inseparables y de igual valor.