Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
La activista Kat Rodríguez, quien trabajó por años en Casa Alitas, lamentó profundamente esta decisión:
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Casa Alitas y el otro albergue cerrado ofrecían alojamiento temporal y servicios de transporte a migrantes solicitantes de asilo, luego de ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
La activista Kat Rodríguez, quien trabajó por años en Casa Alitas, lamentó profundamente esta decisión:
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Esta medida fue tomada tras los recortes de fondos ordenados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su segundo mandato.
Casa Alitas y el otro albergue cerrado ofrecían alojamiento temporal y servicios de transporte a migrantes solicitantes de asilo, luego de ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
La activista Kat Rodríguez, quien trabajó por años en Casa Alitas, lamentó profundamente esta decisión:
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
El condado de Pima, Arizona, anunció el cierre de dos importantes albergues de migrantes, entre ellos Casa Alitas, reconocido como un modelo de asistencia para migrantes en la frontera con México.
Esta medida fue tomada tras los recortes de fondos ordenados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su segundo mandato.
Casa Alitas y el otro albergue cerrado ofrecían alojamiento temporal y servicios de transporte a migrantes solicitantes de asilo, luego de ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
La activista Kat Rodríguez, quien trabajó por años en Casa Alitas, lamentó profundamente esta decisión:
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”
Los albergues proporcionaban alojamiento temporal y servicios de transporte a solicitantes de asilo tras ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
Migrantes saliendo de albergue de Arizona.
–
Foto: Cortesía
El condado de Pima, Arizona, anunció el cierre de dos importantes albergues de migrantes, entre ellos Casa Alitas, reconocido como un modelo de asistencia para migrantes en la frontera con México.
Esta medida fue tomada tras los recortes de fondos ordenados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su segundo mandato.
Casa Alitas y el otro albergue cerrado ofrecían alojamiento temporal y servicios de transporte a migrantes solicitantes de asilo, luego de ser procesados y liberados por la Patrulla Fronteriza.
La activista Kat Rodríguez, quien trabajó por años en Casa Alitas, lamentó profundamente esta decisión:
“Es una tristeza que nuestro gobierno termine con una tradición de ayuda a los más necesitados. La compasión por el ser humano está siendo eliminada por intereses políticos y eso es muy lamentable”, declaró Rodríguez.
Impacto en la comunidad migrante y el condado de Pima
Según John Lesher, administrador del condado Pima, el cierre de estos refugios representa una situación crítica para la región. Aunque los albergues están vacíos, los costos operativos y de mantenimiento persisten, lo que genera una carga financiera para el condado.
Una de ellas suspende los fondos destinados al Programa de Servicios de Refugio (SSP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional, afectando directamente la operación de los albergues.
Lesher aseguró que durante los últimos seis años, estos centros brindaron asistencia a más de medio millón de migrantes, evitando que quedaran en situación de calle.
El legado de Casa Alitas y su cierre como golpe a la asistencia humanitaria
Casa Alitas no solo fue un refugio para miles de migrantes, sino que también sirvió como modelo para otros centros de asistencia en estados fronterizos. Su sistema de operación fue un referente en la gestión humanitaria de la migración.
Sin embargo, el cierre de este emblemático albergue deja a la comunidad migrante en una situación más vulnerable. Rodríguez expresó su preocupación por las políticas migratorias actuales:
“Vemos que tendremos unos cuatro años muy duros. El cierre de la frontera y de los albergues no va a terminar con la migración irregular.”