Subcomisionado Leiva Natarén y su esposa se presentarán este martes ante la justicia hondureña

Subcomisionado Leiva Natarén y su esposa se presentarán este martes ante la justicia hondureña

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

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Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

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Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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El proceso contra Leiva Natarén y Sánchez Cruz inició hace más de siete años, cuando fiscales de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (UF-ADPOL) detectaron irregularidades financieras.

Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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El proceso contra Leiva Natarén y Sánchez Cruz inició hace más de siete años, cuando fiscales de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (UF-ADPOL) detectaron irregularidades financieras.

Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Este paso, que parecía improbable tras años de procesos legales, llega tras una investigación que sacudió las entrañas de la estructura policial y la confianza ciudadana.

La pareja será presentada en la audiencia de declaración de imputado, donde deberán responder por un supuesto incremento patrimonial injustificado y movimientos financieros que, según el Ministerio Público, no corresponden con sus ingresos legítimos.

Un caso que data de 2016

El proceso contra Leiva Natarén y Sánchez Cruz inició hace más de siete años, cuando fiscales de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (UF-ADPOL) detectaron irregularidades financieras.

Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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Este martes, José Orlando Leiva Natarén, ex subcomisionado de la Policía Nacional, y su esposa, Nancy Patricia Sánchez Cruz, se entregarán a las autoridades para enfrentar cargos por lavado de activos.

Este paso, que parecía improbable tras años de procesos legales, llega tras una investigación que sacudió las entrañas de la estructura policial y la confianza ciudadana.

La pareja será presentada en la audiencia de declaración de imputado, donde deberán responder por un supuesto incremento patrimonial injustificado y movimientos financieros que, según el Ministerio Público, no corresponden con sus ingresos legítimos.

Un caso que data de 2016

El proceso contra Leiva Natarén y Sánchez Cruz inició hace más de siete años, cuando fiscales de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (UF-ADPOL) detectaron irregularidades financieras.

Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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José Orlando Leiva Natarén, y su esposa, Nancy Patricia Sánchez Cruz, enfrentarán la justicia voluntariamente tras años de investigación por lavado de activos que involucran más de 313 millones de lempiras.

José Orlando Leiva Natarén, ex subcomisionado de la Policía Nacional, es acusado en Honduras por lavado de activos relacionados con un incremento patrimonial injustificado de más de 300 millones de lempiras. Foto: redes sociales.

Este martes, José Orlando Leiva Natarén, ex subcomisionado de la Policía Nacional, y su esposa, Nancy Patricia Sánchez Cruz, se entregarán a las autoridades para enfrentar cargos por lavado de activos.

Este paso, que parecía improbable tras años de procesos legales, llega tras una investigación que sacudió las entrañas de la estructura policial y la confianza ciudadana.

La pareja será presentada en la audiencia de declaración de imputado, donde deberán responder por un supuesto incremento patrimonial injustificado y movimientos financieros que, según el Ministerio Público, no corresponden con sus ingresos legítimos.

Un caso que data de 2016

El proceso contra Leiva Natarén y Sánchez Cruz inició hace más de siete años, cuando fiscales de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (UF-ADPOL) detectaron irregularidades financieras.

Según los informes, entre 2006 y 2017, el subcomisionado movió cerca de 913 millones de lempiras en el sistema financiero, de los cuales más de 300 millones no pudieron ser justificados.

Las investigaciones señalan que una parte significativa de estos fondos estaba vinculada a la empresa CONAR, de la cual Leiva Natarén era propietario.

Los fiscales determinaron que las operaciones de esta compañía y los ingresos del oficial no sustentaban los movimientos de dinero.

Un oscuro episodio en Estados Unidos

Cuando José Orlando Leiva Natarén supo de la existencia de un requerimiento fiscal acompañado de una orden de captura abandonó Honduras para evitar su captura.

Su destino, Estados Unidos, donde logró establecerse y continuar con sus actividades.

Según una fuente oficial, Leiva Natarén residía en Florida, amparado por una visa de inversionista.

Además, era propietario de una empresa de transporte de carga que opera en esa región.

La Fiscalía de Honduras solicitó su extradición y se esperaba que llegara al país en 2018, pero esa petición no prosperó. Según se informó, el expolicía y su esposa ingresaron este lunes 20 de enero.

Las autoridades mantuvieron comunicación con la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés).

Funcionarios estadounidenses expresaron sorpresa al descubrir que Leiva Natarén había ingresado al país como inversionista.

En julio de 2024, se ratificó la privación definitiva de bienes del exoficial de policía, José Leiva Natarén y su esposa Nancy Patricia Sánchez.

Impacto en la institución policial

El caso de Leiva Natarén ha sido emblemático en el marco de la depuración policial que inició en Honduras hace una década.

Su situación no solo puso en tela de juicio la integridad de los altos mandos, sino que también alimentó el debate sobre la necesidad de una vigilancia más estricta a los funcionarios públicos.

La cifra de 313 millones de lempiras es alarmante, pero aún más lo es la supuesta red de protección y silencio que permitió que estos movimientos pasaran desapercibidos durante años.

Se presentará ante la justicia

La comparecencia de la pareja genera múltiples interrogantes. ¿Admitirán los cargos? ¿Ofrecerán explicaciones para justificar los fondos? ¿Se revelarán nuevos nombres involucrados en la red de lavado de activos?

Brenda Cruz, abogada de la defensa, aseguró que su cliente colaborará con el proceso judicial, aunque no adelantó si buscarán un acuerdo con la Fiscalía.

Se prevé que a las 10:00 de la mañana de hoy, martes, comparezca ante los Juzgados en Materia de Criminalidad Organizada, Corrupción y Medio Ambiente.

El caso de José Orlando Leiva Natarén muestra las grietas en el sistema de justicia y en las instituciones de seguridad de Honduras.

Su entrega voluntaria puede ser vista como un gesto de responsabilidad o como una estrategia para mitigar el impacto de las acusaciones.

Lo cierto es que este proceso será clave para demostrar si el sistema judicial está preparado para combatir la corrupción en sus niveles más altos.

La audiencia de hoy no solo determinará el futuro inmediato del ex subcomisionado y su esposa, sino que también definirá si la justicia hondureña está lista para enfrentar a quienes traicionaron la confianza pública desde posiciones de poder.


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