El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Conocida por su velocidad y giros sorprendentes, la montaña rusa se convirtió en el escenario de una emergencia cuando Ernesto, acompañado por su madre Christine, perdió el conocimiento.
La madre, alarmada, intentó reanimar a su hijo en medio de la adrenalina del trayecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
De acuerdo con Univisión, el incidente ocurrió poco después de que el carrito de la atracción “Guardians of the Galaxy” comenzara su recorrido.
Conocida por su velocidad y giros sorprendentes, la montaña rusa se convirtió en el escenario de una emergencia cuando Ernesto, acompañado por su madre Christine, perdió el conocimiento.
La madre, alarmada, intentó reanimar a su hijo en medio de la adrenalina del trayecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Ernesto, su hijo de cinco años, sufrió un paro respiratorio mientras disfrutaba de una montaña rusa.
De acuerdo con Univisión, el incidente ocurrió poco después de que el carrito de la atracción “Guardians of the Galaxy” comenzara su recorrido.
Conocida por su velocidad y giros sorprendentes, la montaña rusa se convirtió en el escenario de una emergencia cuando Ernesto, acompañado por su madre Christine, perdió el conocimiento.
La madre, alarmada, intentó reanimar a su hijo en medio de la adrenalina del trayecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
Un día que prometía ser mágico en Disney World, Orlando, se transformó en una experiencia aterradora para la familia Tagle.
Ernesto, su hijo de cinco años, sufrió un paro respiratorio mientras disfrutaba de una montaña rusa.
De acuerdo con Univisión, el incidente ocurrió poco después de que el carrito de la atracción “Guardians of the Galaxy” comenzara su recorrido.
Conocida por su velocidad y giros sorprendentes, la montaña rusa se convirtió en el escenario de una emergencia cuando Ernesto, acompañado por su madre Christine, perdió el conocimiento.
La madre, alarmada, intentó reanimar a su hijo en medio de la adrenalina del trayecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.
El niño fue diagnosticado con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Un día que prometía ser mágico en Disney World, Orlando, se transformó en una experiencia aterradora para la familia Tagle.
Ernesto, su hijo de cinco años, sufrió un paro respiratorio mientras disfrutaba de una montaña rusa.
De acuerdo con Univisión, el incidente ocurrió poco después de que el carrito de la atracción “Guardians of the Galaxy” comenzara su recorrido.
Conocida por su velocidad y giros sorprendentes, la montaña rusa se convirtió en el escenario de una emergencia cuando Ernesto, acompañado por su madre Christine, perdió el conocimiento.
La madre, alarmada, intentó reanimar a su hijo en medio de la adrenalina del trayecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado.
Al detenerse el carrito, la situación se tornó crítica: Ernesto no respiraba y comenzó a convulsionar. En ese momento, el personal de Disney World actuó rápidamente.
Christine, en un acto desesperado, bajó del carrito con su hijo en brazos, mientras varios miembros del equipo se acercaron para ofrecer asistencia inmediata.
En cuestión de minutos, utilizaron un desfibrilador externo automático (DEA), un recurso que resultó vital para estabilizar al pequeño.
Intervención de profesionales
El padre de Ernesto, que se encontraba cerca, logró contactar a Melissa Lynn Peters y Terry, una pareja de médicos fuera de servicio, quienes brindaron su apoyo en la estabilización del niño.
“Estamos profundamente agradecidos con Melissa, Terry y todos los que nos ayudaron. Nunca podremos expresar lo suficiente nuestro agradecimiento”, publicó el padre en sus redes sociales.
Después de recibir primeros auxilios en el lugar, Ernesto fue trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital cercano, mientras Christine enfrentaba la angustia de la situación: “Después de lo que parecieron horas, fue llevado a AdventHealth en Orlando”, relató el padre.
Un diagnóstico inesperado
Una vez en el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas exhaustivas para determinar la causa del colapso.
Diagnosticaron a Ernesto con una rara condición genética llamada taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica (CPVT), que provoca arritmias peligrosas en situaciones de estrés.
Aunque el diagnóstico trajo un cierto alivio, también significó que el niño necesitaría una cirugía.
El menor fue trasladado nuevamente en helicóptero a St. Joseph’s en Tampa, donde un equipo especializado le implantó un desfibrilador interno para prevenir futuros episodios.
Afortunadamente, no sufrió daño cerebral ni cardíaco tras la intervención. “Ernesto está bien y ya está en casa, ansioso por subirse a su motocicleta.
“No todos los héroes llevan capa”, concluyó su padre, agradeciendo a todos los que hicieron posible este feliz desenlace.