cómo y dónde ver la última ‘superluna’ del 2024

cómo y dónde ver la última ‘superluna’ del 2024

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Además de su brillo especial, esta superluna llega en una ventana perfecta entre dos espectáculos astronómicos destacados; la reciente lluvia de meteoros de las Táuridas y las próximas Leónidas, que alcanzarán su punto máximo poco después de la aparición de la superluna.

Para quienes disfrutan de los fenómenos celestes, noviembre trae una oportunidad única para una noche cargada de maravillas en el cielo.

¿Cómo y cuándo observar la última ‘superluna’ de 2024?

Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

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No es solo otro evento lunar común; esta luna llena será más grande y brillante que la mayoría de las que vemos cada año debido a su cercanía a la Tierra. Es la cuarta superluna del 2024 y, tras esta, no volveremos a ver otra hasta el próximo año.

Además de su brillo especial, esta superluna llega en una ventana perfecta entre dos espectáculos astronómicos destacados; la reciente lluvia de meteoros de las Táuridas y las próximas Leónidas, que alcanzarán su punto máximo poco después de la aparición de la superluna.

Para quienes disfrutan de los fenómenos celestes, noviembre trae una oportunidad única para una noche cargada de maravillas en el cielo.

¿Cómo y cuándo observar la última ‘superluna’ de 2024?

Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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Este noviembre, el cielo nos brindará un espectáculo final: la última “superluna” del 2024, también conocida como la Luna de Castor.

No es solo otro evento lunar común; esta luna llena será más grande y brillante que la mayoría de las que vemos cada año debido a su cercanía a la Tierra. Es la cuarta superluna del 2024 y, tras esta, no volveremos a ver otra hasta el próximo año.

Además de su brillo especial, esta superluna llega en una ventana perfecta entre dos espectáculos astronómicos destacados; la reciente lluvia de meteoros de las Táuridas y las próximas Leónidas, que alcanzarán su punto máximo poco después de la aparición de la superluna.

Para quienes disfrutan de los fenómenos celestes, noviembre trae una oportunidad única para una noche cargada de maravillas en el cielo.

¿Cómo y cuándo observar la última ‘superluna’ de 2024?

Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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cómo y dónde ver la última ‘superluna’ del 2024

La última superluna del 2024 se aproxima y no volveremos a ver otra hasta el próximo año. Te contamos cuándo y cómo observar este fenómeno astronómico.

La Luna de Castor 2024 está por pasar, y no deberías de perderte este espectáculo, sobre todo, si amas las maravillas de la naturaleza. – Foto: Adam Jones/Getty Images

Este noviembre, el cielo nos brindará un espectáculo final: la última “superluna” del 2024, también conocida como la Luna de Castor.

No es solo otro evento lunar común; esta luna llena será más grande y brillante que la mayoría de las que vemos cada año debido a su cercanía a la Tierra. Es la cuarta superluna del 2024 y, tras esta, no volveremos a ver otra hasta el próximo año.

Además de su brillo especial, esta superluna llega en una ventana perfecta entre dos espectáculos astronómicos destacados; la reciente lluvia de meteoros de las Táuridas y las próximas Leónidas, que alcanzarán su punto máximo poco después de la aparición de la superluna.

Para quienes disfrutan de los fenómenos celestes, noviembre trae una oportunidad única para una noche cargada de maravillas en el cielo.

¿Cómo y cuándo observar la última ‘superluna’ de 2024?

Para observar la superluna en su máximo esplendor, el mejor momento será en la madrugada del viernes 15 de noviembre, cuando la luna alcance su fase de plenitud total.

Sin embargo, ya desde el jueves 14 de noviembre, cuando la Luna haga su acercamiento más cercano a la Tierra, será visible en el horizonte. 

Al momento de salir, justo después del atardecer, se verá en su punto máximo de tamaño e iluminación, ideal para una noche de observación.

Los consejos básicos para apreciar la superluna incluyen encontrar un sitio oscuro, preferentemente alejado de la contaminación lumínica. Los parques, playas y montañas ofrecen puntos de observación excepcionales, siempre y cuando el cielo esté despejado.

Si las condiciones climáticas lo permiten, será una excelente oportunidad para los fotógrafos, quienes podrán capturar el efecto de una luna inmensa y luminosa en el paisaje.

Además, esta superluna está en un periodo perfecto para quienes buscan maximizar la experiencia. La reciente lluvia de meteoros de las Táuridas dejó destellos visibles en el cielo nocturno; y las Leónidas, que suelen ofrecer fragmentos de meteoros y destellos brillantes, alcanzarán su máximo en la tercera semana de noviembre.

Si tienes paciencia, es posible que veas uno de estos destellos cruzando cerca de la luna, un fenómeno que podría aportar aún más magia a la escena.

¿Por qué es especial?

El término “superluna” se ha popularizado en las últimas décadas, aunque no es un término astronómico oficial. Fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle para describir las lunas llenas que ocurren cuando la órbita elíptica de la Luna la lleva especialmente cerca de la Tierra.

Cuando la Luna está en el punto de su órbita más cercano a nuestro planeta (el perigeo) y coincide con la fase de luna llena, es cuando observamos una superluna. Este fenómeno puede ocurrir solo tres o cuatro veces al año, pero no todas las superlunas se ven iguales.

Este año, cada superluna ha traído características distintas. En agosto, por ejemplo, la superluna estuvo a solo 361.970 kilómetros de distancia, mientras que la superluna de septiembre fue aún más cercana, alcanzando los 357,486 kilómetros. 

Esta última “superluna” de noviembre se situará aproximadamente a 361.867 kilómetros de la Tierra, una distancia similar a la de agosto, pero suficiente para verla en su esplendor, con un brillo un 30 % mayor que el de una luna llena promedio.

El resultado: una luna llena que parece ligeramente más grande y resplandeciente. Sin embargo, como señalan muchos astrónomos, aunque la diferencia de tamaño es perceptible, es sutil y a menudo más fácil de apreciar en fotografías que a simple vista.


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