Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Según el desglose oficial, 2,377 denuncias interpuestas por mujeres no incluyeron a un detenido, mientras que 166 fueron casos en flagrancia que resultaron en capturas inmediatas.
En total, las denuncias femeninas representaron más del 86% del total, mientras que los hombres conformaron el 13.9% restante, destacando un incremento en la visibilización de casos en los que ellos también son víctimas de violencia doméstica.
Impacto de la pandemia en las denuncias
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Aunque estas cifras reflejan un aumento respecto al año anterior, las autoridades aclaran que no deben interpretarse como una disminución de la violencia, sino como un reflejo del número de personas que se atreven a denunciar.
Según el desglose oficial, 2,377 denuncias interpuestas por mujeres no incluyeron a un detenido, mientras que 166 fueron casos en flagrancia que resultaron en capturas inmediatas.
En total, las denuncias femeninas representaron más del 86% del total, mientras que los hombres conformaron el 13.9% restante, destacando un incremento en la visibilización de casos en los que ellos también son víctimas de violencia doméstica.
Impacto de la pandemia en las denuncias
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
El Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán cerró 2024 con un total de 2,955 denuncias recibidas, de las cuales 412 fueron presentadas por hombres, mientras que 2,543 correspondieron a mujeres.
Aunque estas cifras reflejan un aumento respecto al año anterior, las autoridades aclaran que no deben interpretarse como una disminución de la violencia, sino como un reflejo del número de personas que se atreven a denunciar.
Según el desglose oficial, 2,377 denuncias interpuestas por mujeres no incluyeron a un detenido, mientras que 166 fueron casos en flagrancia que resultaron en capturas inmediatas.
En total, las denuncias femeninas representaron más del 86% del total, mientras que los hombres conformaron el 13.9% restante, destacando un incremento en la visibilización de casos en los que ellos también son víctimas de violencia doméstica.
Impacto de la pandemia en las denuncias
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.
Un 13.9% de las denuncias fueron interpuestas por hombres, destacando un incremento en la visibilización de casos en los que ellos también son víctimas de violencia doméstica.
El Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán cerró 2024 con un total de 2,955 denuncias recibidas, de las cuales 412 fueron presentadas por hombres, mientras que 2,543 correspondieron a mujeres.
Aunque estas cifras reflejan un aumento respecto al año anterior, las autoridades aclaran que no deben interpretarse como una disminución de la violencia, sino como un reflejo del número de personas que se atreven a denunciar.
Según el desglose oficial, 2,377 denuncias interpuestas por mujeres no incluyeron a un detenido, mientras que 166 fueron casos en flagrancia que resultaron en capturas inmediatas.
En total, las denuncias femeninas representaron más del 86% del total, mientras que los hombres conformaron el 13.9% restante, destacando un incremento en la visibilización de casos en los que ellos también son víctimas de violencia doméstica.
Impacto de la pandemia en las denuncias
La abogada Liliana Mejía, coordinadora del Juzgado contra la Violencia Doméstica de Francisco Morazán, señaló que desde la pandemia en 2020 se observó una caída significativa en el número de denuncias presentadas.
“Antes de 2020, recibíamos más de cinco mil denuncias al año. En 2023 cerramos con 2,852 y en 2024 con 2,955. Aunque el número es ligeramente mayor al del año pasado, seguimos por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia”, explicó Mejía.
Sin embargo, la abogada enfatizó que esta reducción no significa que la violencia haya disminuido.
“La violencia contra la mujer no ha cesado; esto lo confirman indicadores como los femicidios, que son una muestra tangible de la grave situación que enfrentan las mujeres. El problema radica en que muchas no denuncian por temor a represalias o desconfianza en el sistema de justicia”, puntualizó.
Factores detrás de la falta de denuncias
Mejía también destacó que el miedo y la desconfianza en las autoridades siguen siendo barreras importantes para las víctimas.
“Muchas mujeres temen denunciar a sus agresores debido a amenazas, y otras no confían en que el sistema judicial les brinde protección adecuada. Por eso, es fundamental mejorar continuamente la capacitación de los operadores de justicia y garantizar una atención más eficiente y humana a las víctimas”, indicó.
Un dato significativo es el aumento de las denuncias presentadas por hombres. Aunque representan una minoría, estas cifras subrayan la importancia de reconocer que la violencia doméstica no distingue género y que las víctimas masculinas también deben recibir apoyo y protección adecuada.